A-cre-di-ta-ción

on domingo, 23 de septiembre de 2012
En los últimos meses, la Universidad Rafael Landívar ha sido decorada con carteles que llevan una palabra en común: acreditación. El primer cartel decía lo siguiente: "Yo también me acredito. Relaciones Internacionales." El segundo, dice lo siguiente: "Estamos en acreditación. Ciencias de la Comunicación." Los alumnos nos hemos visto sobre saturados de información y nadie parece tener la habilidad, o la voluntad, de explicar de forma clara y concisa, qué es la acreditación y para qué nos sirve.

Según el diccionario de la Real Academia Española, acreditación es la posesión de un “documento que acredita la condición de una persona y su facultad para desempeñar determinada actividad o cargo”. En el caso de una universidad o un ente educativo, una acreditación es el reconocimiento que evalúa una asociación capacitada de que un organismo cumple con los requisitos establecidos y está conforme con el servicio dado. En la actualidad, estas acreditaciones han tomado importancia ya que garantizan el buen trabajo y el cumplimiento de los objetivos de una empresa o, en el caso de la Universidad Rafael Landívar, un ente educativo.

El programa de Ciencias de la Comunicación de la URL ya había formado parte de un proceso de acreditación en el año 2007 por la Asociación para la Acreditación y Certificación en Ciencias Sociales (ACCECISO). Esto implicó la mejora de la calidad académica, el inicio de un proceso de innovación tecnológica constante y un buen posicionamiento de los egresados en el mercado laboral no solo del país sino también internacionalmente.

En el año 2012, el organismo encargado de la acreditación de la carrera es el Consejo de Acreditación de la Comunicación A.C. (CONAC). Este es un organismo mexicano encargado de garantizar los programas académicos de comunicación a nivel superior, anteriormente solo en México y ahora expandiéndose por América Latina. Recientemente, se contó con la visita del comité evaluador de dicho ente que resaltó la capacidad del sistema y el prestigio de la Universidad.

Licenciada Lorena Zaldívar, presidenta y coordinadora de
CONAC en la URL
Pero, la pregunta que como estudiantes nos hacemos es la siguiente, ¿de qué nos sirve la acreditación de la carrera? Como primer punto, una acreditación es un reconocimiento internacional que garantiza la credibilidad de su programa académico y de los egresados de la URL en la carrera de Comunicación. Además, da certeza al futuro empleador que su trabajador está capacitado. 

Siendo el lema de la URL “Excelencia académica con valores”, una acreditación de este tipo trae consigo un alto perfil ético, moral y profesional.

Las acreditaciones también facilitan la movilización del estudiante al garantizar intercambios con otras universidades de la red acreditada y la facilidad para continuar estudios de posgrado en el extranjero. Tener una mejor movilización también implica equivalencias para el estudiante que considere terminar sus estudios en el extranjero por una u otra razón.

Es probable que la acreditación con CONAC traiga otros beneficios que todavía no estén listados para los alumnos. Por el momento, los que se encuentran son suficientes para entender mejor el sistema de acreditación y las ventajas que nos traerá como estudiantes de un ente de prestigio.


Links importantes:

Formas de búsqueda en Google sobre acreditación.

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Sensacionalismo de dos torres caídas

on domingo, 9 de septiembre de 2012


El 11 de septiembre de 2001 pasó de ser un día normal a una fecha histórica que quedará grabada en la memoria de la humanidad. Esa mañana, los medios de información estadounidenses se vieron en una encrucijada, se tenía que encontrar la forma de dar la noticia evitando incrementar el pánico social. La responsabilidad aumentó cuando los canales norteamericanos fueron enlazados con medios internacionales. El sensacionalismo de esta nota trajo la sensibilidad del globo terráqueo. Todo el mundo estaba unido, de una u otra forma, a través de los canales de noticias. La pregunta es, ¿qué hubiera sucedido si las redes sociales y YouTube hubieran estado presentes en el marco de aquel ataque? 

Es muy probable que hoy no entendamos el mundo sin la existencia de Facebook, Twitter o Youtube. Estas se han convertido en armas del conocimiento y de la libre expresión. Gracias a ellas se ha logrado derrocar dictaduras en Medio Oriente, protestar contra injusticias y denunciar hechos que usualmente se quedan en la oscuridad. Si ya el 11 de septiembre fue un hecho sensacionalista, las redes sociales lo podrían haber convertido en un tornado mediático. Facebook, Twitter y YouTube hubieran colapsado; mientras que, WikiLeaks y Annonymous podrían haber entrado a escena casi una década antes. 

Aunque el New York Times se asoció con YouTube para que los familiares, sobrevivientes y soldados puedan subir vídeos testimoniales, es muy probable que la existencia de esta herramienta en el momento clave hubiera podido ser la ventana para presenciar los últimos minutos de alguien atrapado en una torre. Incluso un tuit de algún pasajero de los aviones secuestrados se hubiera convertido en bomba mediática, y podría haber cambiado la historia de aquel día.

En la actualidad, las redes han logrado que se forme la aldea global. Esta unión de Internet y sociedad es la que da lugar a la relación entre medios y audiencia. Desde el 11 de septiembre, hemos podido observar el debilitamiento de la economía estadounidense, las dos guerras causadas por el atentado y la misión secreta que terminó con la vida de Osama Bin Laden. Fuimos testigos del nacimiento de WikiLeaks y la organización de derrocamientos contra dictaduras militares.

Sin embargo, los comentarios racistas y la discriminación hacia ciertas religiones no hubieran pasado desapercibidos en las redes sociales. Twitter y Facebook se hubieran convertido en el hogar de posibles neonazis y personas alteradas. El odio hubiera escapado por los poros de cualquier estadounidense y el pánico hubiera imperado no solo en los Estados Unidos, si no también en el resto del globo terráqueo.

A todo esto, me queda la siguiente pregunta: ¿Las redes sociales con su sensacionalismo, rapidez y “veracidad” hubieran sido una bendición o una maldición aquella mañana de 2001? 

Para ver otros blogs que tratan el tema: